Manuel Andrés Orrego Fajardo nació en San Felipe en 1809, hijo de Manuel Antonio Orrego Carvajal y María del Carmen Fajardo; casado con Rosario Carvallo, entre su descendencia destaca la escritora Rosario Orrego Carvallo, nacida en 1831, considerada la primera novelista chilena que para la datación del retrato de su padre, en 1856, ya estaba activa como poetisa en Valparaíso[1].  Manuel Orrego falleció en alta mar en 1883.

Este retrato fue pintado cuando había sido electo diputado propietario por Chillán para el período 1855-1856, aunque no llegó a la Cámara; del mismo modo, tampoco asumió al ser electo por Valparaíso para el período 1861-1864. La imagen responde a la iconografía del hombre de leyes y de letras mediante el atributo del pergamino enrollado en su mano izquierda. La representación de hombre intelectual se transmite en la postura corporal, con la gestualidad de la mano oculta bajo el traje y posada sobre el pecho, un gesto heredado de la oratoria clásica. La indumentaria funciona también como dato de funciones y clase social: traje oscuro con chaleco y cadena de oro, cuello alto y corbatín. El fondo está resuelto por un cortinaje de honor, que divide la tela en mitades en su diagonal, con una pesada borla a la altura de la cabeza. Se observa el fuste y la base de una columna, sin diferencia tonal con el entorno, de manera similar al de Doña Constancia Pando de Ocampo de 1850 y otros previos. La paleta reducida permite resaltar la figura monocroma, de aire severo aunque mitigado por la mirada; el rostro oval, de carnaciones temperadas y pinceladas fundidas, acentúa el elegante alargamiento corporal, que es cortado arriba de las rodillas. La composición –es uno de los retratos últimos de su estancia sudamericana– presenta un aspecto de modernidad tanto en la soltura de la factura como en la búsqueda de subjetividad, desde ya bajo el control formal de la moderación académica siempre presente en su obra. Al respecto, el mencionado alargamiento de la figura puede responder a la observación de los retratos de los años cuarenta de Ingres, como los dedicados a Ferdinand-Philippe, duc d'Orleans, que debe haber conocido en su viaje a París en aquella década.

En la colección del MNBA de Santiago se encuentra un busto en mármol de Adamo Tadolini (id 2-3478), aunque es probable que se trate de la producción de su célebre taller romano, catalogado como Manuel Antonio Orrego. Sin embargo, se trata de Manuel Andrés Orrego. No solo su fisonomía corresponde a la del retrato de Monvoisin, sino que la escultura y la pintura ingresaron por donación de Alberto Orrego Carvallo, su descendiente[2].