Ficha razonada: Mercedes Álvarez de Vergara
Esta obra se encuentra vinculada con otras obras
Archivo CNCR
Mercedes Álvarez de Vergara
Óleo sobre Tela, 97 x 77 cm
Raymond Quinsac Monvoisin
Inscripciones
Firma: Costado inferior izquierdo

Procedencia
Museo de Bellas Artes de Viña del Mar , Viña del Mar , 1941
Exhibiciones
Visión de la pintura chilena, , Santiago, 1963
Las mujeres de Monvoisin, Corporación Cultural de Vitacura, Santiago, 2015

Este conjunto de cinco retratos es una serie que corresponde a los miembros de tres generaciones de la familia Álvarez, importantes vecinos de Valparaíso con cuyo legado se materializó la fundación de la ciudad de Viña del Mar. Su preeminencia dentro de la élite regional los hace parte del grupo de chilenos ilustres retratados por Monvoisin.

El comerciante portugués Francisco Xavier Alvares nacido en Viana (1777 - 1844) se radicó en Valparaíso en los primeros años de la República, a partir de lo cual comenzó a firmar su apellido como Álvarez. En 1813 se vincula en matrimonio con Dolores Pérez Flores (¿? -1873), natural de la ciudad de Quillota. Habiendo acrecentado su fortuna rápidamente por efecto de la especulación en la azúcar y el trigo, compró en 1840 las Haciendas de Viña del Mar y Las Siete Hermanas, cuyos extensos terrenos ocupan la franja costera inmediatamente al norte de la ciudad de Valparaíso, extendiéndose hacia el interior remontando el fértil Estero de Marga-Marga, en cuyos márgenes deslinda con la Hacienda de Las Palmas (Quilpué). Esta situación geográfica los convierte virtualmente en vecinos de la Hacienda de Los Molles y con alguna probabilidad en parte de los interlocutores de Monvoisin en la región de Valparaíso.

Luego de la muerte de su padre en 1844, será Francisco Salvador Álvarez Pérez (1814 - 1873) el heredero de la fortuna que intenta acrecentar sin mucho éxito, en un primer momento por su dedicación circunstancial a la política desde el naciente Partido Liberal fue elegido Diputado Suplente por Valparaíso (1849-1852). Pero será su interés por largos viajes a destinos exóticos y una fuerte ludopatía, los factores que le hacen descuidar de manera más peligrosa el patrimonio de la empresa familiar, al punto que luego de la muerte de su madre intenta aumentar su liquidez vendiendo las extensas propiedades que se habían mantenido íntegras. Proyecto de venta que finalmente no se concreta por la prematura muerte de éste a solo tres meses de su madre, lo que finalmente deja a su hija Mercedes Álvarez Prieto de Vergara (1841 - 1894) como heredera de las tierras, la cual estando casada con José Francisco Vergara (1833 - 1889) quien fuera un empresario y político que finalmente en base al loteo y urbanización de sus haciendas gestiona la creación e implementación de la nueva ciudad de Viña del Mar en 1874.

Lo anterior es un contexto relevante al considerar que de este conjunto casi todo se encuentra reunido en la colección del Museo Municipal de Bellas Artes de Viña del Mar.[1] Cabe destacar que la colección pictórica en posesión de la familia Vergara-Álvarez fue donada junto con la venta del Palacio Vergara a la Municipalidad de Viña del Mar en 1941. Un gran edificio que fue construido y habitado por Blanca Vergara de Errázuriz, hija mayor del fundador de la ciudad de Viña del Mar, y bisnieta de Álvarez.[2] 

Dentro de sus características formales estas pinturas son totalmente representativas del sistema implementado por Monvoisin para ejecutar retratos durante el momento más álgido de la demanda mercado chileno. Las figuras están recortadas con horizontes de fondo de colores difuminados, que situados en el plano más lejano de toda la pintura permite dar iluminación y volumen al retratado, así como una profundidad a la composición. En las obras el movimiento de los gruesos cortinajes aparece como un telón de fondo de los elementos contenidos en la imagen. Es también el que permite la entrada de luz hacia la composición en la pintura y permite ver el horizonte natural y cultural en las obras. Los mismo respecto de los detalles vestimentarios en pañuelos y encajes que son sistemáticamente representados en todos sus retratos.

En esta serie tenemos primero un retrato de la matriarca de la familia. Es el adusto retrato de una rigurosa viuda que sobrevivió casi treinta años la muerte de su marido.  Un retrato cuya ejecución podría ser contemporánea del retrato de su hijo, habida cuenta de que ambos mueren el mismo año, la primera con una avanzada edad y el segundo muy joven. 

El segundo retrato corresponde al patriarca de la familia, ejecutado con toda probabilidad entre 1843, apenas llega Monvoisin a Chile, y 1844, año de la muerte del modelo. Es un retrato que lo presenta a su posteridad como un emprendedor de éxito, con cierta lozanía y vitalidad considerando los más de sesenta años que éste tenía a la fecha de la ejecución de la pintura.

Luego tenemos dos retratos de la nieta en quien las esperanzas de posteridad para la familia estaban cifradas. Es el semblante de una hermosa mujer que como sabemos por la documentación no le faltó inteligencia ni convicción para colaborar con su marido en la empresa de fundar una ciudad, el legado que hizo de los Álvarez pasar a la historia nacional. 

Por último tenemos el retrato de quien pudo ser la ruina de la familia, el que está representado en la juvenil estampa de quien debe cautelar sus vicios privados en mérito de virtudes públicas, las que simbólicamente son tan necesarias para convertirse en retrato. Una vida aventurera y de tintes novelescos son los que la historiografía local resalta para este personaje, como cuando leemos en el historiador Larraín que: "En el curso de estas peregrinaciones estuvo en California en 1847, en los tiempos de la fiebre del oro, librándose de la horca milagrosamente y también se encontró en el sitio de París en 1871, comiendo perros y ratones, habiendo antes volado con dinamita un tren con soldados prusianos"[3]

Todo un ciclo histórico que da cuenta de la importancia que tuvo el trabajo de Monvoisin no sólo entre las mentadas élites de Santiago, sino que también con una fuerte incidencia regional y local. 

Notas


[1] GARRIDO, Eugenia et al. Catálogo Crítico Museo de Bellas Artes Viña del Mar, Ediciones Universitarias de Valparaíso, Valparaíso, 2012. 

[2] LILLO, Victoriano “Museo Municipal de Viña del Mar”, Arte y Cultura, Viña del Mar, nº 6, 1946.

[3] LARRAÍN, Carlos Viña del Mar, Editorial Nascimento, Santiago de Chile, 1946. p. 235.

José de Nordenflycht
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