La fortuna de la pintura de historia La última noche de los girondinos está marcada por su utilización por Benjamín Vicuña Mackenna para expresar el espíritu político de los sucesos de la revolución de 1851, en su escrito “Los girondinos chilenos” publicado en El Ferrocarril en 1876 con el seudónimo “San Val”, y dos años después, en su compilación Relaciones Históricas. Este político e historiador chileno sugería una datación válida para su argumentación, 1852-1854, aunque aclaraba en una nota que “no tenemos seguridad perfecta de esta fecha”. Si, agregaba, que “Monvoisin trabajó esta tela cuando habitaba en la hacienda de Marga-Marga, en la vecindad de Valparaíso”.
Sin embargo, Domingo F. Sarmiento en el comentario a las obras de Monvoisin publicado en El Progreso de 3 de marzo de 1843, anotó al paso: “Otros varios cuadros hemos visto y nos faltan que ver aun mas, que hemos oido decir que son magníficos, el de los jirondinos por ejemplo”. Debemos considerar para la datación que Sarmiento ha oído (pero no visto) de un lienzo sobre los girondinos. Su interlocutor no puede ser otro que el mismo artista, por lo que es difícil, entonces, la confusión sobre el episodio representado, pero no debe descartarse que se trate de Blanche de Beaulieu, episodio de la guerra de la Vendée, según la novela de Alexandre Dumas, en 1793, suceso contemporáneo al destino de los girondinos[1].
Si la datación de la pintura corresponde a los años europeos de Monvoisin, la fuente literaria fue probablemente Histoire de la Révolution française de Adolphe Thiers (primera edición 1823-1827), que relata vivamente la estancia de los girondinos en prisión, consultado por Monvoisin para el 9 Thermidor de 1836[2]. Para ello, uno de los argumentos está sujeto a la interpretación de un dibujo en el carnet que perteneció al arquitecto belga Jules Dormal, radicado en Buenos Aires, en la misma hoja que se encuentran estudios para Blanche de Beaulieu. Es posible que se trate de la escena con Mlle. Rolland y Andrea Chenier. En este carnet se encuentra una numerosa lista de convencionales, por orden alfabético, donde figuran todos los de la facción girondina, por lo que no puede tratarse de una indicación para 9 Thermidor, cuando aquellos ya habían sido ajusticiados.
Sin embargo, la multitud de detalles de la pintura hace pensar en una fuente más tardía, Histoire de Girondins de Alphonse de Lamartine, publicada en 1847, año en el que Monvoisin se encuentra en Francia. La obra de Thiers y la prensa del Moniteur fueron consultados, por ejemplo, por Charles-Louis Müller para L'appel des dernières victimes de la Terreur presentada al salón de 1850 (n. 2270)[3], al igual que Le dernier banquet de Girondins de Henri-Felix-Emmanuel Philippoteaux (n. 2449)[4] cuya fuente principal es Lamartine. Monvoisin fue uno de los primeros artistas que trataron el tema de la Revolución Francesa desde el punto de vista aristocrático y girondino. Otros pocos artistas preceden a Monvoisin en el asunto de la ejecución de los girondinos, además de los arriba señalados. Puede indicarse que entre 1834 e 1838 Ary Scheffer preparó la plancha Marche à la mort destinada al mencionado libro de Thiers y en el salón de París de 1844, Jules Boilly presentó Le dernier banquet des Girondins. En la iconografía sobre este episodio histórico, destaca la tela de François Flameng, L’appel des girondins, de 30 Octobre 1793, por haber sido premiada en el salón francés de 1879.
Monvoisin logró una composición de fuerte dramatismo para relatar la última noche de los girondinos que fueron aguillotinados el 31 de octubre de 1793. Un juego de diagonales que conducen a Marie-Jeanne Roland de la Platiere: foco luminoso con su vestido blanco y el rostro semivelado por una mantilla negra de encaje que deja ver su mirada elevada hacia lo alto, condensado en el gesto el discurso de su escrito Appel a l'impartiale postérité. Es una aceptada licencia dentro del género, ya que se encontraba en otra prisión y fue aguillotinada , mientras que el episodio ocurre en la Conciergerie. A su lado, Jean-Pierre-André Amar y su cuñado Jean-François Ducos, que recitó su poema escrito esa noche al momento de su muerte; abrazados tal como relata Thiers. El líder girondino Jacques Pierre Brissot observa, sentado con calma, su reloj ante la llegada de los gendarmes: ha llegado su hora. A su lado, el obispo Claude Fauchet se encuentra orando. En primer plano, el cadáver de Charles Dufriche-Valazé, que igual será ajusticiado luego de haberse suicidado. En el centro, probablemente Pierre Victurnien Vergniaud, perfilado, se ha servido la última copa de vino, con cierta displicencia hacia la muerte, expresa ese desdén y orgullo con lo que lo describe Thiers. Más próximo al espectador, sentado con las piernas cruzadas, se reconoce al marqués de Sillery por la muleta que usaba para moverse, ya arrojada, parece dispuesto a pronunciar su frase: Ce jour est le plus beau de ma vie. Del otro lado de la mesa, con los restos de la última cena, Boileau y Gardien se consuelan entre sí, expresión de la debilidad que le adjudica Thiers. En los tres jóvenes que ocupan el segundo plano con sus brindis, debemos ubicar a Carra y Gensoné, pero sin precisión fisonomista se torna compleja la identificación. Solo Brissot responde con claridad al aspecto físico de su retrato dieciochesco, según la estampa de Marie-Anne Croisier. Al respecto, la lectura para el público comienza desde la derecha con dos figuras de difícil identificación entre los 21 prisioneros, de los 22 condenados por la Convención, ya que ninguno de ellos es un anciano, tal vez Monvoisin supuso que lo era el Marc-David Lasource: Thiers escribe que las palabras que pronuncia sobre su destino eran las de un anciano, sin embargo, contaba con apenas 30 años; además la pose religiosa coincide por su condición de ministro protestante; un joven lo consuela. Tras el fuerte enrejado de la prisión se puede vislumbrar la guillotina que aguarda a los condenados, recortada en el cielo como una noche de luna romántica.
Desde luego, no se comprende la factura por Monvoisin de una pintura de salón sin el proyecto de su exhibición[5]. La venta de la pintura a Marcial González en 1856, probablemente, anuló tal posibilidad si fue finalizada en Valparaíso, con la proyección del artista del retorno a su patria. Consideramos que se trata de un proyecto de largo alcance que une las estadías de Monvoisin en los dos continentes: pensado en la década de 1830, tal vez a la par con 9 Thermidor, y aunque es difícil precisar con seguridad cuándo fue finalizado, es más que probable que fuera en la estancia chilena. Finalmente, la particularidad del asunto, validado plenamente desde la historia de Lamartine, parece haber marcado la estrategia de los pintores. Así, Paul Delaroche bosquejó Le dernier Adieu des Girondins en 1838, iniciada y abandonada en 1848, para luego ser finalizada en 1856. Es decir, un proceso de creación comparable al de Monvoisin para el mismo asunto.
[1] Blanche de Beaulieu figura en el registro de obras del salón de 1833 como “Pintura que representa escena de 1793”. En Allamand se encuentra datada en c. 1832, sin fundamentación.
[2] Thiers, Adolphe. Histoire de la Révolution française, Vol. 5. París: 1834, pp. 375 y ss.
[3] Óleo sobre tela, 437 x 820 cm, Musée national du château de Versailles, en depósito Musée de la Révolution française, Château de Vizille.
[4] Óleo sobre tela, 325 x 425 cm, Musée des beaux-arts de Marseille, en depósito Musée de la Révolution française, Château de Vizille.
[5] Al respecto, debe considerarse el retorno del artista al salón de París en 1853 con un par de retratos: M. y Mme. Claveau (núms. 844 y 845). En este se presenta como nacido en Bordeaux y alumno de Pierre Guérin, y medalla de primera clase en el salón de 1831, pero también con datos no certeros, como el de “Premier grand prix de Rome (Histoire) 1822”. Declara domicilio en “A Valparaiso (Chili)” y en París en la casa de los retratados. Monvoisin, según James, había dado clases de dibujo al hijo de los Claveau.
Bibliografía
1928
ÁLVAREZ URQUIETA, Luis, Breve historia de la Pintura en Chile, algunos juicios críticos y nómina de los cuadros de la Colección Luis Álvarez Urquieta. Santiago, [s.n.], p. 20.
1941
FLORES ARAOZ, José, “Raimundo Monvoisin”, Cultura Peruana Revista bimestral ilustrada, Lima, nº 1 y 2, enero-febrero y marzo.
2008
ALLAMAND, Ana Francisca, Raimundo Monvoisin. Retratista neoclásico de la elite romántica. Santiago, Origo Ediciones, reprod., p. 38.
2013
VIEIRA CHRISTO, Maraliz de Castro, "A Revolução Francesa no Chile e a pintura histórica de Raymond Monvoisin" en: Anais do XXXIII Colóquio do Comitê Brasileiro de História da Arte. Río de Janeiro, Comitê Brasileiro de História da Arte, Universidade Federal do Rio de Janeiro, reprod., p. 521.
2014 [1876]
VICUÑA MACKENNA, Benjamín, “Los girondinos chilenos. Reminiscencias intervivos (La última cena de los girondinos franceses, por Monvoisin)”, La Cañada, Santiago, nº 5, pp. 483 y 487-488.