En esta obra de gran formato se representa a Manuel Bulnes Prieto (Concepción, 1799 – Santiago, 1866), político y militar chileno que desempeñó diversos cargos en su carrera, llegando a ser Presidente de Chile desde 1841 hasta 1851. Durante la Guerra de la Independencia adscribió al ejército patriótico, siendo posteriormente desterrado a la isla Quiriquina debido a sus ideas “revolucionarias”. Fue parte de diversas campañas militares en la última fase de la Guerra de la Independencia y también, posteriormente, durante la Guerra Civil de 1829, en la que estuvo del lado conservador (Barros Arana, 1905).

Esta pintura fue realizada por Monvoisin tras su llegada a Santiago en 1843, en ella Bulnes es representado de cuerpo entero en actitud “arrogante y majestuosa” (Sola y Gutiérrez, 1948, p. 29), posiblemente debido a que aparece investido como presidente de la República de Chile. Esta tela comparte cierto parecido formal con el Retrato del Emperador don Pedro II, realizado posteriormente por el artista en 1847, en cuanto al formato y elementos iconográficos. No obstante, con el retrato de Bulnes el pintor bordelés dio inicio a los retratos de aparato en América. La extrema corpulencia del representado, que parece salirse de los cortinajes, muestra además un notable parecido con el Retrato de Luis Felipe I realizado por el pintor alemán Franz Xaver Winterhalter (1805-1873) en 1841.

Además cabe mencionar dos obras más del pintor, realizadas durante su estadía en Chile, que corresponden a retratos de formatos casi idénticos entre sí. Al año siguiente de la ejecución del retrato de Bulnes, Monvoisin realizó el del político federalista José Miguel Infante (1844) y luego, en 1845 el retrato del ensayador de la Real Casa de Moneda y político Domingo Eyzaguirre y Arechavala. En las tres obras, el artista representa atributos que dan cuenta de las actividades públicas de los representados.

Es posible afirmar que esta pintura de Bulnes corresponde a uno de los primeros retratos presidenciales con atributos republicanos, los que se manifiestan en el sillón rojo ubicado detrás del retratado y la columna a su izquierda. Respecto al sillón, que también forma parte de la colección del Museo Histórico Nacional (MHN), fue encargado a Francia por el presidente José Joaquín Prieto en 1830, para alhajar la casa de Gobierno ubicada, en ese entonces, en el edificio de la Real Audiencia, actualmente sede del MHN. La representación también incluye otros elementos que dan cuenta de la jerarquía del retratado, como la banda presidencial, el bicornio y bastón. Algunos elementos señalan su participación en la batalla de Yungay (20 de enero de 1839), como la condecoración, la medalla de honor y la espada conmemorativa que aparece especialmente bien representada, dando cuenta de la riqueza de sus materiales y sus reales dimensiones, siendo esta última un regalo del gobierno de Chile al “Vencedor de Yungay” como señala su leyenda.

En cuanto a la vinculación de Bulnes con Monvoisin, cabe señalar, por un lado, que este último retrató a su esposa Enriqueta Pinto en 1843, destacada mujer que organizó un salón para la discusión literaria y artística en el mismo Palacio de La Moneda, donde participaron connotados intelectuales como Andrés Bello, Claudio Gay e Ignacio Domeyko, entre otros.

Por otro lado, fue durante el gobierno de Bulnes que el Encargado de Negocios en Francia, el chileno Francisco Javier Rosales, amigo del pintor, lo recomendó y además coordinó el viaje de este a Chile para ocupar el cargo de Director de la Academia de Pintura que se pretendía crear. Rosales fue el mayor promotor del viaje de Monvoisin a Chile, tanto así que en un oficio realizado en 1842 señaló lo siguiente: 

“Todos los chilenos que han estado en Francia conocen personalmente o al menos de reputación al señor Monvoisin por haber visto en los Museos y Palacios Reales de París los infinitos cuadros que figuraran en ellos como jefe de obra de este distinguido artista” (Feliú Cruz, 1955, p. 11)

Finalmente, resulta curioso que antes del ingreso de este retrato a la colección del MHN, Joaquín Figueroa Larraín, primer director de esta institución, encargase una copia del original de Monvoisin, en ese entonces ubicada en una colección particular, para completar la galería de los presidentes. Así fue como en 1914 se adquirió la obra realizada por Eucarpio Espinoza Fuenzalida (1867-1934)[1], cuya pintura muestra un gran parecido con la original del artista francés, tanto en sus dimensiones como en su estilo y factura. Recién en 1957 la obra de Monvoisin ingresó a la colección del Museo por disposición de la familia Bulnes y actualmente forma parte de la exhibición permanente.

Bibliografía

Museo Histórico Nacional. La pintura como memoria histórica. Santiago, Dibam, p. 120.