En 1852 Raymond Monvoisin se encontraba realizando varios retratos, entre los que se encontraba el de Carmen Bascuñán Valledor (1833-1911). El retrato de la joven, aún soltera al momento de posar para el pintor, fue posiblemente encargado por su padre, el político liberal Manuel Ramón Bascuñán Salas, nieto de Manuel de Salas. La joven que tenía 21 años al momento de ser representada por Monvoisin se casó dos años más tarde, en 1854, con Alberto Blest Gana, quien ese mismo año abandonó el ejército para desarrollar su carrera literaria. Con él tuvo seis hijos.
Aunque la posición frontal de Carmen Bascuñán en el sillón rojo parece semejante a la del retrato de Milagros Masenlli (Colección Particular) realizada cuatro años más tarde, en este caso el carácter del cuadro se ve definido por la fija mirada que la joven dirige al observador y la simpleza compositiva de la tela.
La pintura permite apreciar la cuidada pero sobria indumentaria de la joven, en la que los aros −que junto a un sencillo anillo en la mano izquierda constituyen las únicas piezas de joyería utilizadas por la retratada−, destacan sobre la oscuridad del cabello. En los delicados encajes apreciables en el borde del cuello y las mangas de la blusa blanca se observa la técnica de impresión de encajes sobre la tela que el pintor utilizaría en varias de sus obras. Sobre ella, la joven lleva una chaqueta negra, también con bordes de encaje, en la que parecen fundirse las dos trenzas que se descuelgan hacia la espalda.
La parte inferior de la blusa termina en punta sobre una falda rosa, en la que las pinceladas verdes y blancas que dan una apariencia tornasol fueron aplicadas con mayor soltura de lo habitual en el tratamiento de las telas del pintor, contrastando con el grado de detalle con que se representan los brillos de la blusa y la chaqueta. Mientras, en la mano izquierda, los encajes provenientes de la blusa parecen prolongarse en el pañuelo que, sostenido delicadamente, sugiere al carácter virtuoso de la retratada.
El cuadro presenta convenciones compositivas que es posible reconocer en otras telas del pintor realizadas ese mismo año, como el cortinaje verde de fondo con el que contrasta el mencionado sillón rojo. En este caso llama la atención la disposición de la firma de Monvoisin ubicada justo sobre el tapiz rojo del sofá, al costado izquierdo de la joven. La inscripción de la firma en el mobiliario es más bien excepcional en las obras del artista y se cuentan pocos ejemplos. Entre ellos destacan el retrato de Mariano Egaña (Colección Banco Central) ejecutado por Monvoisin en 1827, en que la firma se ubica en el brazo derecho del sitial que ocupa el político, y los retratos del matrimonio conformado por Tránsito Ortúzar Castillo y Rafael Gatica Soiza (Colección Particular) −ambos realizados el mismo año de ejecución del retrato de Carmen Bascuñán−, en que la firma se ubicó también en el brazo del sofá, aunque en este caso en sentido circular.
La relación de la familia Bascuñán Valledor con Monvoisin y sus colaboradores no se estableció solo a partir de este cuadro, sino también de retratos realizados a otros miembros de la familia, como el encargo de uno más pequeño de la abuela de Carmen Bascuñán, Josefa Pinto de Valledor, realizado por Clara Filleul ese mismo año.
Bibliografía
1955
Exposición de Raymond Quinsac Monvoisin (1790-1870), Universidad de Chile, Instituto de Extensión de Artes Plásticas.
1991
FERNÁNDEZ LARRAÍN, Sergio. Epistolario Alberto Blest Gana, 1856-1903. Santiago, Editorial Universitaria, p. 8, reprod. 30.